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Belisario Betancur
Escritor

José Horacio Betancur se expresa, sobre arte, con una rara simplicidad. Las modadalidades escultóricas son para él meros accidentes. Trabaja con el indiferente desparpajo de quien madruga a la oficina pública. O con igual desenfado al que usa quien llega a la hora  del alba aI almacén de cacharros. Sólo que José H. Betancur trabaja sobre la dura epidermis de la piedra, arrancando al fornido mineral el secreto de las formas escultóricas.

Su esposa entra y sale de la dura piedra. En algunas obras he adivinado la huella de su rostro. El artista dialoga con los elementos como con amigos cordiales. Le he preguntado por sus orientaciones artísticas y antes que entregarse a exposiciones áridas sobre temas ontológicos para autosituarse, me ha mostrado una a una sus realizaciones que son la mejor recomendación de su tributo al arte.

La madera accede a su buril. La casa modesta está colmada de formas, de expresiones arrancadas por la mano del escultor a sus elementos. De una alacena se desprenden mil motivos inusitados: la huella del creador está en todo lo que toca. Al conjuro de sus manos de artista, los mismos burdos taburetes que hacen el cotidiano servicio, han ido cobrando mil raras formas. Y una mesa tiene la garantía de un motivo indígena que le sugirió la visión de algún paisaje de sus montañas”…

El gran artista que hay en él sea tenido que refugiar en los trabajos comerciales para ver de conquistar para el arte lo que el arte no da. De esta manera Betancur ha realizado algunos ensayos de trabajos comerciales, explotando las condiciones de la madera para lámparas eléctricas que ya pueblan los salones de las familias elegantes

…”- Yo puse de moda en Medellín esas lámparas y hasta llegué a tener un taller con veinte obreros para el cumplimiento de las múltiples peticiones que se me hacían. Gracias a ese negocio, pude conseguir esta modesta casa que usted ve, casa mía y suya… pero lo hice para tener una ventaja sobre la vida y sobreponérmele para entregarme de lleno a mis propios trabajos…

El maestro Betancur habla tan simplemente como el más simple de nuestros campesinos. El rostro está surcado de acerada palidez. Los rasgos aparecen vigorosos. Hay en él una verdadera vocación y una vigorosa capacidad, una voluntad y una aptitud.

-Y ahora estoy tratando de montar otra pequeña industria de elementos ornamentales en piedra.

Y el artista me conduce al salón en donde tiene los hermosos trabajos realizados en piedra: vasos, floreros, ceniceros, pisapapeles, sostenes de libros, verdaderas obras de arte, lámparas con motivos aborígenes estarcidos en la dimensión de la piedra que el maestro domina como un potro domeñado.

¿Por qué lo subyuga la tierra? Por qué sus motivos son los acervos indígenas que tenemos? Por qué montañas y tipos criollos hacen sus manifestaciones? Por que es un auténtico hombre de América en quien el destino de nuestro continente ha calado muy hondo.

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José Horacio Betancur Copyright © por Miguel Ángel Betancur se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional, excepto cuando se especifiquen otros términos.