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Salvador Arango M.
Escultor
Medellín, Noviembre de 2009
Con la desaparición temprana, hace 52 años del maestro José Horacio Betancur se frustró quizás para Colombia la posibilidad de contar con un escultor con una verdadera propuesta plástica, coherente con nuestras raices indoamericanas. La fuerza de José Horacio aunada a su convencimiento personal de que todo estaba por hacerse en la reivindicación de nuestra raza mitos y leyendas y exaltación de nuestra fauna y flora, hubiesen hecho de este escultor un referente histórico importantisimo en el devenir de la escultura colombiana y porque no decirlo en la escultura americana. Escultor dotado de excelente técnica tanto en el modelado como en la talla directa en diferentes materiales, poseía el suficiente talento para saberle imprimir a sus obras el vigor y la fuerza necesarias, para que sus mitos, retratos, animales y todo cuanto tocaba cobrarán ese realismo mágico y el encanto que las envuelven.
Que bueno hubiera sido haberlo visto envejecer dando golpes y dando vida como Miguel Angel Buonarroti a la materia inerte y aprendiendo de él su constancia y pasión desenfrenada en el registro histórico de nuestros antepasados y en busca de nuevas formas de expresión.
La historia plástica colombiana le esta debiendo el reconocimiento y el sitial que se merece.