Los temas que se han abarcado en la presente investigación son muchos y muy amplios, dan lugar cada uno de ellos para un estudio aparte. Lo importante es que se demostró como la filosofía aún tiene un papel muy importante que cumplir ante el análisis del fenómeno político y las categorías de Hannah Arendt han sido sin lugar a dudas el instrumento idóneo para cumplir con este propósito.
El fenómeno analizado, esto es, la Revolución 4.0 basada en la inteligencia artificial y la realidad digital, si bien tiene que ver con una transformación que no pareciera que pueda abarcar a toda la población en breve (sobre todo a los sectores más humildes), bien pudiera sorprendernos en virtud de que la tendencia de los precios de los artefactos tecnológicos es siempre más a la baja.
Sin lugar a dudas, de entre todos los avances, aquél que brinde la autosuficiencia alimentaria y nos desligue de la agricultura sometida a las inclemencias y sorpresas del clima, además de que acelere el crecimiento de los alimentos, es de implicaciones brutales y cambios sin precedentes en la historia de la humanidad. En el campo político lo es sobre todo porque el hambre se ha tratado siempre como un negocio.
El miedo al hambre es lo que hace que las personas se esclavicen en diferentes trabajos para ganar lo necesario para comer y sobrevivir, el saber que hay quien la padece y sufre por ella, es lo que alimenta ese temor más que ninguna otra cosa en el mundo y lo que ha sometido a las personas a esquemas injustos de trabajo en fábricas, casas, oficinas, etcétera.
Pugnar por el uso generalizado de artefactos que brinden autosuficiencia alimenticia es la verdadera lucha por la libertad de todos y entre más se logre, más posible será también la democracia y el florecimiento de civilizaciones avanzadas.
Contra el egoísmo sembrado por el sistema capitalista desde hace ya varios años, surge en la cultura digital el hábito de compartir con más fuerza que nunca. Lo demuestran todo tipo de plataformas de distribución libre de información, de cultura, de música, de libros, de palabras, de consejos, etcétera. Entre todos hemos empezado a calmar el hambre de todos.
Lo que pueden hacer quienes erigen u optan por sistemas verticales de poder y disfrutan el esquema de vida en un marco de egoísmo contra la revolución que ya se está suscitando es en verdad muy poco. Si eliminan a una persona o a una empresa que ha generado un invernadero casero de bajo costo, aparecerán tres más, si prohíben o bloquean la venta de esos artefactos a bajo costo y en nivel masivo, la gente recurrirá a la deep web para encontrarlos porque no pueden criminalizar la búsqueda de la autosuficiencia, no pueden perseguir a quien tiene derecho de liberarse del hambre.
Ese cambio ya nadie lo podrá detener, lo que cabe preguntarse es qué es lo que hará el hombre con su libertad, una vez libre de ocupaciones. Es entonces que la cultura, las artes, las ciencias y las humanidades que tan despreciadas han sido en los últimos tiempos, deberán rescatarse para enseñarnos a vivir y a convivir en armonía, a crecer juntos a explorar lo que falta de este mundo e inclusive de otros.
El futuro ya está aquí, y cosas que hace veinte años aún sonaban descabelladas para muchos, hoy son una realidad tangible, está en nuestras manos afrontarlo del modo más digno posible y no permitir que con estos artefactos tan poderosos se siga promoviendo la destrucción, es hora de que termine la explotación indiscriminada de recursos naturales, incluídos los árboles, los animales y los seres humanos, es hora de ponerle un freno al hambre y la avaricia sin fin de quienes han subyugado a la humanidad y al planeta entero, es hora de empezar a construir un mundo nuevo, tenemos las herramientas y podemos lograrlo.