Tema 1: Empecemos por nosotras mismas
Inicia la sesión con alguna actividad para animar a las personas a que se sientan cómodas siendo ellas mismas y traigan sus historias al salón. “¿Cómo sabemos lo que sabemos?” y “Ríos de la Vida” son actividades que invitan a cada participante a abrirse, a conectar, a entender el contexto de cada una y a validar fuentes más amplias de conocimiento y poder. Emplea esta u otras actividades como punto de partida para que todas se conozcan entre sí y se genere confianza.
Actividad 1. ¿Cómo sabemos lo que sabemos?
Actividad 1. ¿Cómo sabemos lo que sabemos?
Todas las personas aprendemos de distintas maneras. En esta actividad pensamos acerca de nuestra educación formal y las diversas maneras en que hemos aprendido a través de nuestras experiencias de vida. Aquí presentamos cómo la educación popular feminista puede contribuir a utilizar formas liberadoras de aprendizaje.
Materiales: Marcadores de colores, notas autoadhesivas o tarjetas de colores, papelógrafos, cinta adhesiva, copias del material didáctico Escuchando más allá de las palabras.
Plenaria: Presenta la actividad. Lee en voz alta “Escuchando más allá de las palabras” y luego invita a las personas a aportar respuestas.
- ¿Qué les faltó mirar a los organizadores en este caso? ¿Por qué?
- ¿Qué suposiciones hay detrás de sus decisiones?
- ¿Cómo repercute esa falta de conciencia en la dinámica de poder dentro del grupo? Y ¿externamente?
- ¿Qué se aprendió en la historia? ¿Se desaprendió algo?
Reflexiona sobre las distintas maneras de aprender y conocer. Todas las personas aprendemos de diferentes formas, no solo con nuestras mentes, sino también con nuestros cuerpos y corazones. Algunas aprenden a través de la lectura, otras aprenden haciendo y otras más lo hacen visualmente. La educación popular feminista nos alienta a cuestionar con sentido crítico lo que hemos aprendido y los supuestos subyacentes que llevamos con nosotras, y a integrar nuestras distintas maneras de conocer el mundo.
Luego, distribuye notas adhesivas o tarjetas de colores, y hojas de papelógrafo. Explica que el próximo paso es una reflexión personal y no se compartirá con el grupo.
Individualmente: Dibuja el perfil de una persona en tu hoja. Pregúntate:
- ¿Cuáles son las diferentes formas de aprender en todos los ámbitos de mi vida?
- ¿Cuáles valoro más ahora y por qué? ¿Hay algo que haya tenido que “desaprender” o cuestionar?
- ¿Qué condiciones me permiten aprender mejor?
Escribe tus ideas en notas adhesivas o tarjetas. Coloca cada una sobre el corazón, la mente o una parte del cuerpo de tu dibujo.
Grupos pequeños: Cada uno de los cuatro grupos pequeños se enfoca en una pregunta diferente. Los grupos eligen a una moderadora, a una persona para tomar notas y a otra para compartir en plenaria.
Grupo 1. ¿Nuestra educación formal tomó en cuenta nuestra experiencia vivida?
Grupo 2. ¿Cómo ha retratado nuestra educación formal el valor y la historia de nuestras comunidades, país y mundo?
Grupo 3. ¿Qué valores y creencias se vieron reforzadas por nuestra educación formal y qué valores y creencias se descartaron?
Grupo 4. ¿Qué dice nuestra educación formal sobre quién enseña, quién posee conocimientos y quién aprende?
Plenaria: Los grupos toman turnos para compartir sus ideas. Invita a una discusión sobre la educación formal, destacando las maneras en las que se pueden descartar nuestras experiencias, distorsionar la historia, reflejar creencias patriarcales y racistas, y reproducir valores coloniales y capitalistas. Haz las siguientes preguntas:
- ¿Qué suposiciones subyacen en la definición de quién posee conocimiento y quién no, de quién es el conocimiento que cuenta, y qué es y qué no es conocimiento?
- ¿Cómo se relacionan estas suposiciones con las desigualdades de poder y privilegio, y cómo las refuerzan?
- ¿Cuáles son las implicaciones de este tipo de educación formal (denominada a veces “educación bancaria” porque se “deposita” el conocimiento en la mente de las personas) para quienes buscan liberarse de la opresión?
- ¿Cómo podemos educarnos de formas que sean liberadoras?
Anota los puntos principales en un papelógrafo. Señala que, si no creamos conciencia sobre lo que “sabemos” y por qué lo sabemos (sobre todo porque está influido por nuestra identidad – clase, raza, etnicidad, género, sexualidad, etc. – y cómo nos posiciona en el mundo), es fácil que reproduzcamos las desigualdades de poder y otras dinámicas opresivas en nuestras comunidades, organizaciones y movimientos. (Profundizaremos en este tema en el Capítulo 4). Para cerrar, presenta o recuérdale al grupo lo que es la educación popular feminista, en particular su enfoque en aprender y desaprender de una forma que catalice el cambio y la liberación. Conecta las ideas resumidas en el papelógrafo con las formas en que la educación popular feminista constituye una práctica política liberadora.
Descarga esta actividad.
Escuchando más allá de las palabras
Una experiencia compartida por Patricia Ardón, JASS
Hace muchos años, cuando yo era muy joven, laboraba en una organización ubicada fuera de la ciudad capital en uno de los departamentos de Guatemala. Esta organización trabajaba con comunidades rurales e indígenas en la introducción de agua potable, y a la par llevaba a cabo procesos de educación popular para concientizar y fortalecer la participación de las comunidades en torno a estos procesos y otros que estaban sucediendo en el país. En ese marco se seleccionaron, junto con las comunidades, algunas en las cuales se harían procesos de introducción de agua potable, entre ellas una comunidad en la que se venía trabajando desde hacía tiempo. Había promotoras y promotores de la misma comunidad participando en esto.Hicimos una serie de reuniones con liderazgos y gente de la comunidad a través de asambleas. Como solía suceder y sigue sucediendo en muchas comunidades, en las reuniones los hombres participaban mucho, pero las mujeres hablaban poco, salvo cuando se generaban espacios específicos de mujeres, lo cual era ocasional en ese entonces. También se realizaron encuestas llevadas a cabo por hombres y mujeres de la comunidad, aunque menos mujeres que hombres. Finalmente, después de meses de trabajo, se decidió que había condiciones para introducir tomas de agua domiciliarias. La premisa fue que poniendo tomas de agua en las casas se iba a beneficiar a las mujeres, ya que esto aminoraría su carga de trabajo, puesto que tenían que caminar hasta la pila pública o a veces incluso al río para poder recolectar el agua. En ese tiempo, el concepto de los impactos diferenciados de género era prácticamente desconocido para la mayoría de la gente, pero nosotras y nosotros ya habíamos atravesado por algunos procesos de formación básica y sensibilización sobre el tema.
Cuando se instalaron las tomas de agua, nuestra gran sorpresa fue que la mayoría de las mujeres no estaban contentas con esa modalidad. Empezamos a indagar más a fondo el porqué de esto, y nos dimos cuenta que las mujeres sentían que habían perdido el único lugar donde podían socializar entre ellas, conversar sobre lo que estaba pasando en sus vidas, lo que estaban atravesando con sus parejas, sus alegrías y sus penas, sus hijos e hijas, y sus familias. Su único lugar de convivencia e intercambio era la pila pública y a veces el río. Y además era el único espacio o uno de los muy pocos espacios dónde tenían la posibilidad de intercambiar con otras mujeres fuera del control de sus parejas hombres. Y por supuesto, la mayoría de los hombres estaban muy contentos de que ellas no salieran, entre otras cosas porque cuando ellas salían se enteraban de cuestiones como las “infidelidades” de los hombres.
Esta experiencia me fue muy impactante y me marcó mucho. Me llevó a reflexionar más a fondo, por un lado, sobre cómo a veces nos dejamos llevar por lo aparente o de lo que es beneficioso o no para otros grupos de personas, y sobre la importancia de indagar sobre lo que hay detrás de lo que vemos y escuchar más allá de las palabras, sobre todo en las vidas de las mujeres. Por otro lado, me ha ayudado mucho a reflexionar sobre las distintas maneras en que aprendemos – a algunas nos sirve mucho la experiencia concreta o la observación; otras aprenden más a través del estudio, o de otras muchas maneras–.
Descarga el material didáctico: Escuchando más allá de las palabras.
Actividad 2. Ríos de la Vida
Actividad 2. Ríos de la Vida
Materiales: Papel tamaño A3 o de la mitad del tamaño de un papelógrafo y marcadores de colores para cada persona.
Plenaria: Presenta la actividad. Invita a las personas participantes a dibujar un río para mostrar los principales momentos que han influido en sus vidas y las experiencias fundamentales (positivas o negativas) que les han hecho conscientes de la injusticia, la desigualdad, el poder o la liberación.
Individualmente: Piensa en las experiencias que han influido en tu vida y te han hecho quien eres. Dibuja un río que trace el curso de tu vida. Concéntrate en cuatro o cinco momentos clave en el despertar de tu conciencia sobre la opresión, la injusticia, la desigualdad, el poder, la lucha o la liberación. Estas experiencias pueden haber sido difíciles o llenas de alegría, individuales o colectivas. Muestra estos momentos clave a lo largo del río propiamente (como arroyos que desembocan en este, curvas, rápidos, cataratas, represas, pantanos, o piscinas reflectantes) o a lo largo de la costa (por ejemplo, personas, experiencias, conflictos, puentes, momentos decisivos). Utiliza imágenes, colores y la menor cantidad posible de palabras.
Grupos pequeños – o, si el tiempo lo permite, en plenaria: Tomen turnos de cinco minutos para mostrar y conversar sobre su río. Solo compartan lo que quieran compartir y mantengan confidencial lo que cada quien diga.
- ¿Qué fue lo más importante de cada experiencia?
- ¿Cómo les afectaron y cambiaron estas experiencias?
- ¿Cómo influyeron en lo que son hoy?
- ¿Qué perspectivas, valores y visiones traen de estas experiencias a este colectivo?
- ¿Hay algunos símbolos culturales en particular que representen esto para ustedes?
Pónganse de acuerdo sobre qué momentos o experiencias en común encontraron para compartir con el grupo más grande.
Plenaria: Cada grupo comparte brevemente algunas perspectivas o experiencias comunes. Los detalles pueden mantenerse confidenciales.
- ¿Qué aprendieron de sí mismas en esta actividad?
- ¿Llegaron a alguna nueva comprensión al escuchar las historias de otras personas? (No brinden detalles de la historia de alguien más, solo de su propio momento).
Como facilitadora, resalta las formas en las que el corazón, la mente y el cuerpo influyen en nuestra experiencia, memoria y conocimiento.
- ¿De qué manera estas experiencias en nuestros corazones, mentes y cuerpos afectan nuestro liderazgo y nuestro trabajo por el cambio en el ahora?
- ¿Cómo afectan nuestro bienestar, espíritu y energía?
- ¿Qué perspectivas podemos obtener de estas acerca de nuestros contextos e historias particulares?
Repite o continúa este ejercicio, si lo deseas, para permitir que las personas participantes muestren a dónde se dirigen sus ríos; por ejemplo, al dibujar muchos arroyos que se unen para desembocar en el mar.
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