María Coto-Sarmiento

María Coto-Sarmiento

Universitat de Barcelona

Resumen

El auge y desarrollo de los métodos cuantitativos en arqueologı́a ha supuesto un importante cambio en materia de comprender fenómenos históricos específicos. Un mayor acceso a la tecnología ha dado como resultado que cada vez más investigadores recurran a herramientas cuantitativas para comprender diferentes tipos de patrones que configuran el pasado y que son prácticamente imperceptibles en las fuentes arqueológicas e históricas.  No obstante, el uso de la metodologı́a cuantitativa sigue siendo hoy dı́a considerada como una herramienta auxiliar de la arqueologı́a que solo debe usarse en casos que requieran una complejidad específica.

En este sentido, la arqueologı́a se basa en la evidencia generada a través de las excavaciones, trabajos de recolección de datos y fuentes escritas. Tanto el estudio de las fuentes escritas como el análisis arqueológico han mostrado una enorme capacidad a la hora de analizar las dinámicas del pasado. Si bien, la escasez de fuentes escritas en algunas sociedades ha impedido que se puedan explorar detalles más complejos con mayor detenimiento. A esto se le suma la excesiva dificultad en cuanto a la interpretación del registro arqueológico en algunos casos.

Este trabajo presenta una breve introducción a la arqueología cuantitativa aplicada a los estudios históricos donde se enfatizan los posibles potenciales y límites en cuanto a su aplicabilidad. Es necesario matizar que este artículo se centra en los métodos cuantitativos más comunes en ciencia, y no explora otras herramientas de modelización como la simulación, que otros autores ya han debatido (Lake, 2014; Rubio-Campillo, 2017; Romanowska et al., 2019). En general, se ofrece un posible enfoque para formalizar hipótesis donde la narrativa histórica se presenta más compleja y complicada de ser detectada a través del registro arqueológico.

1. El uso de la metodología cuantitativa en arqueología

En los últimos años, el uso de las herramientas cuantitativas y los avances tecnológicos han sido fundamentales para mejorar el conocimiento más allá de los métodos tradicionales usados en arqueologı́a. Los resultados obtenidos en arqueología son frecuentemente medidos y cuantificados, aunque los métodos usados para su análisis resulten básicos dado que el aprendizaje de métodos numéricos no ha tenido un gran peso dentro de la disciplina. Este hecho ha generado ciertos problemas en cuanto a la interpretación del registro arqueológico no teniendo en cuenta las particularidades del mismo.

La problemática del discurso arqueológico requiere de estudios avanzados que integren análisis desde diferentes tipos de escala, desde lo más individual hasta lo más complejo (Rubio-Campillo et al., 2018a, p. 239). La llegada de los métodos cuantitativos en arqueologı́a ha permitido reconstruir dinámicas históricas, centrándose en un enfoque mucho menos específico (Bevan, 2014; Rubio-Campillo et al., 2018a). El uso de métodos cuantitativos ha conseguido, en cierta manera, acercar el procedimiento científico al estudio de fenómenos históricos en arqueología. Se basa en una metodologı́a científica que utiliza la estadı́stica para describir o predecir el comportamiento de determinados factores sociales o ambientales (Targett, 1990; Baxter 2003). Sin embargo, su aplicabilidad no ha estado exenta de polémica debido a la escasa transdisciplinariedad de los actuales sistemas académicos y a la alta especialización que requiere.

En cuanto a la transdisciplinariedad, resulta primordial tener en cuenta otro tipo de estudios desde diferentes campos que permitan evaluar y analizar distintas hipótesis siempre desde un razonamiento objetivo y no basado en dogmas históricos. La metodologı́a cuantitativa se ha percibido como una herramienta independiente de la arqueologı́a, que se utiliza como método para resolver determinados problemas específicos, pero raramente se ha integrado a los estudios históricos (Shennan, 2008, p. 2).

Esto ha llevado a que una gran parte de la comunidad arqueológica aún no se haya formado en un uso mucho más especializado por requerir un largo periodo de tiempo en formación. Además, es fundamental destacar que la arqueologı́a ha adoptado de forma relativamente rápida los primeros pasos de la metodologı́a estadı́stica, como pueden ser la exploración de datos y gráficas, el uso de métodos aplicados a la arqueometría o el manejo de modelos con GIS, entre otros. Incluso, el uso del método cuantitativo ha posibilitado desarrollar cálculos mucho más generalizados que normalmente se realizaban en arqueologı́a, pero de forma manual o descriptiva. Si bien, la dificultad en el aprendizaje ha supuesto que no se haya prestado demasiada atención sobre un posible potencial más allá de un uso exploratorio para profundizar en la detección de patrones en los datos arqueológicos (Shennan, 2008, p. 3). La integración de la metodologı́a estadı́stica supondrı́a una mayor profundización histórica en búsqueda de la naturaleza de los acontecimientos complejos a través de la estadística. De esta manera, no será lo mismo un estudio descriptivo de piezas cerámicas que un modelo estadı́stico. El primero llevará más tiempo en desarrollarlo, mientras que el segundo podrá calcular de una forma más rápida cuántas piezas pueden ser descritas de una forma u otra y qué patrones siguen.

Por otra parte, la arqueología necesita tener en cuenta otras herramientas que valoren de manera científica hechos o acontecimientos para contrastarlos con hipótesis históricas. Ha quedado constancia que la aproximación cientı́fica es la única que permite evaluar la plausibilidad de una hipótesis mediante el planteamiento de unas preguntas previas que requieran un procedimiento específico para confrontarlas con la evidencia. Ası́, se trata del método más óptimo para avanzar en el conocimiento, permitiendo saber cuándo se está equivocado a través de la comprobación de hipótesis. Esto no implica que todos los estudios históricos sin una metodologı́a cientı́fica clara carezcan de criterio alguno, aunque se considera necesario evaluar su posible potencialidad para el contraste de hipótesis. El empleo de una metodologı́a cuantitativa se inserta dentro del método empı́rico-analista que posibilita el análisis del comportamiento de una serie de causas y efectos mediante el estudio de datos numéricos y probabilı́sticos (Little, 2013). Se trata también de un estudio descriptivo, pero que permite analizar y predecir patrones dentro de una población mediante el análisis de muestras numéricas. Por lo tanto, para que se pueda aplicar un enfoque cuantitativo es necesario contar con una serie de datos numéricos de una determinada población susceptibles de ser analizarlos (Drennan, 1996, pp.  V-XI). Como ejemplo, es posible cuantificar el grado de cambio cultural a través del análisis de la variación de los artefactos arqueológicos. Este estudio requerirá un análisis numérico tomando en consideración variables como las medidas de cada uno de los artefactos a lo largo del tiempo para observar qué patrones han seguido.

El interés en aplicar una metodología cuantitativa a la arqueología reside en conocer cuándo las hipótesis resultan poco plausibles y, por ende, estarán probablemente equivocadas (Smith, 2015, p.  18). Es necesario enfatizar que dentro de la disciplina histórica se peca con frecuencia de argumentos post-hoc en cuanto a la interpretación de fenómenos sociales. Se trata de una falacia que describe una situación en función del orden de los acontecimientos, tales como encontrar un material poco común en un yacimiento y atribuirle un carácter votivo debido a su rareza. Por ello, será útil considerar las evidencias de las que se dispone y si es posible realizar un estudio comparativo en el que se evalúen varias hipótesis. La crı́tica se centrarı́a más en el predominio de un discurso con un enfoque mayoritariamente descriptivo en lugar de explorar otros mecanismos causales o en analizar los cambios a lo largo de tiempo (Smith, 2015, p. 22). En general, un enfoque cuantitativo puede ayudar a verificar hasta qué punto una hipótesis puede resultar verdadera ante la plausibilidad de diferentes hipótesis que permita explicar la evidencia arqueológica obtenida. Por otra parte, será importante saber que un discurso histórico tendrá siempre diversas interpretaciones y, en ocasiones, será imposible llegar a un criterio marcado por un denominador común.

2. Potenciales y límites de la arqueología cuantitativa

La arqueología cuantitativa se ha mostrado como una posible alternativa bastante útil a la hora de interpretar el pasado. No obstante, es necesario tener en cuenta una serie de potenciales y límites con anterioridad a la hora de aplicar esta metodología al estudio histórico. En cuanto a los posibles potenciales que puede ofrecer la arqueología cuantitativa se encuentran:

  • Facilidad en el análisis de datos. Permite analizar una gran cantidad de datos en un tiempo más reducido que hacerlo de forma manual. Esto conlleva a una mayor reducción del coste de trabajo y del tiempo requerido. Por ejemplo, un análisis de textos de forma manual supondrá un tiempo mayor que hacerlo mediante herramientas creadas para analizar textos automáticamente.
  • Contraste de hipótesis. El método cuantitativo posibilita el contraste de hipótesis con respecto a la evidencia observada. Incluye herramientas que posibilitan cuantificar la plausibilidad de una hipótesis que puede llegar a explicar mejor los datos arqueológicos.
  • Categorizar diferencias con mayor facilidad. Es posible analizar los tipos de cerámicas en un yacimiento sin necesidad de realizar una categorización manual. El incremento del uso de diferentes programas informáticos permite poder hacer este trabajo mucho más accesible y fácil que con otra metodologı́a más rudimentaria. La naturaleza de los datos arqueológicos hace que sea posible la extracción de distinta información para buscar patrones. Al igual que ocurre con otros métodos como la modelización, su uso no implica que no puedan existir ciertos errores, por lo que será necesario tener un conocimiento previo para poder solventar dichos errores y ası́ evitar que puedan dar descripciones inconexas.
  • Descripción de fenómenos complejos. Estudiar fenómenos sociales requiere un análisis complejo. Las consecuencias de analizar fenómenos que lleven cierta complejidad implica una posible pérdida de información dentro del discurso histórico-arqueológico. En otras ocasiones, ni siquiera existen evidencias arqueológicas que expliquen diversos fenómenos. Es por lo que, el uso de las herramientas cuantitativas podrı́an ayudar a representar patrones que expliquen esta complejidad que no puede ser estudiada en el registro arqueológico. Sin embargo, la excesiva complejidad de los fenómenos históricos también hace que a la hora de ser analizados exista una cierta incertidumbre, que será necesaria considerar previamente.
  • Análisis de fenómenos a macro-escala. Es factible estudiar fenómenos poblacionales a macro-escala debido a su potencial herramienta que puede analizar cientos de datos reduciendo el coste temporal.
  • Interdisciplinariedad. La facilidad del manejo de nuevas herramientas estadı́sticas favorece a la comunidad arqueológica ampliar su enfoque hacia otras disciplinas diferentes. Sin embargo, el desconocimiento previo de estas materias puede producir a la larga un coste en sobreesfuerzo de aprendizaje, ası́ como una posible reticencia en cuanto al uso de las matemáticas en arqueologı́a debido a la escasez de un enfoque interdisciplinar. Esto último adquiere especial relevancia cuando supone una limitación en cuanto al uso de la metodologı́a estadı́stica. En el caso de los estudios sociales, carecen de programas de aprendizaje de otras disciplinas que podrı́an ser útiles para la misma.
  • Replicabilidad y reproductividad. La problemática creada en torno a la extrema complejidad de las operaciones matemáticas ha dado lugar a que se compartan muchas investigaciones con el objetivo de mejorar su aplicabilidad. La principal razón se centra en reivindicar un mayor acceso a los datos y códigos como forma de mejorar su uso y comprensión. La accesibilidad a las fuentes de datos ha enriquecido también la interacción entre investigadores haciendo que cada vez sea más fácil replicarlos o ser usados en otros estudios (Marwick, 2017).

El uso de una metodologı́a cuantitativa también puede suponer una serie de inconvenientes que deberán tenerse en cuenta previamente. Entre los inconvenientes encontramos:

  • Alta especialización. Aprender métodos cuantitativos exige una alta especialización independientemente de la disciplina, por eso resultará imprescindible evaluar previamente si realmente existe una necesidad de aplicarlo a nuestra área de estudio. Una evaluación previa llevará también a determinar cuál puede ser el método que mejor se ajuste a los datos disponibles.
  • Ausencia de datos. Normalmente los métodos cuantitativos requieren recolectar una gran cantidad de datos para que el análisis sea viable. El analizar pocos datos puede llevar a errores de muestreo y a una falsa verificación de los resultados obtenidos.
  • Incertidumbre. Otro punto importante es la incertidumbre en los datos. En el caso de la arqueologı́a, esta incertidumbre se muestra mucho mayor que en otros datos porque partimos de evidencias arqueológicas del pasado. Esto hace que sea necesario poder aplicar una metodología que permita contemplar este problema previamente al análisis.
  • Evaluación del tiempo-coste de trabajo. El coste elevado de tiempo y de trabajo exige que se evalúe con anterioridad la aplicación de una metodologı́a cuantitativa para el análisis de datos.

3. Nuevas perspectivas cuantitativas aplicadas a la arqueología

El uso de la metodología estadística en arqueología no es nada nuevo. Existen multitud de trabajos enfocados en el análisis estadístico de diferentes sociedades, mayormente en etapas prehistóricas (Renfrew & Bahn, 2004:, p. 505). No obstante, este tipo de metodologías parece no haber calado lo suficiente en etapas más históricas, quizás debido a la posibilidad de contar con fuentes escritas o a una tendencia conservadora de la disciplina, donde resulta más complicado aprender nuevas herramientas cuantitativas cuando no existen programas especiales que las impartan dentro de la propia disciplina.

En recientes años, aplicar métodos cuantitativos parece haberse convertido en una nueva tendencia (Drennan, 1996; Shennan, 2008, p. 3). Tal y como ocurrió con otras disciplinas, su repercusión tuvo que ver con la accesibilidad a nuevas tecnologı́as que facilitaron el desarrollo de aplicaciones informáticas para el análisis de datos arqueológicos. Además, las expectativas generadas mediante el uso del método cientı́fico a la disciplina supuso un factor importante a la hora de desvincularse de un enfoque más postmoderno.

En general, la arqueologı́a cuantitativa ha estado ligada a diferentes tipos de métodos estadı́sticos basados en el análisis exploratorio de datos para observar patrones (Orton, 1982, p. 28). Entre las técnicas más usadas cabe destacar algunas encaminadas a resolver problemas con el manejo de datos, tales como los análisis de correlación y regresión, testing, análisis multivariantes o el análisis exploratorio de datos (EDA). Este último ha permitido acercar la disciplina arqueológica a la estadı́stica básica debido a su facilidad para explorar patrones con el manejo de datos.

Un importante avance fue la integración de la inferencia bayesiana a la arqueologı́a. La estadı́stica bayesiana incluye la incertidumbre al análisis de datos. Esto quiere decir que la probabilidad para que una hipótesis sea cierta dependerá de la observación o evidencias que se empleen para verificar la hipótesis (Gelman et al., 2013). Se trata de una estadı́stica de carácter predictivo donde el conocimiento es limitado desde un principio y se mide a través de predicciones mediante la evidencia observada (Kruschke, 2014, p. 16). La estadı́stica bayesiana maneja un conocimiento a priori donde la incertidumbre de datos es tenida en cuenta desde el principio. La diferencia con la estadı́stica clásica o frecuentista es que en la frecuentista no existe ese conocimiento a priori puesto que ya se fundamenta en un patrón de conocimiento fijo. En cualquier caso, el uso de la inferencia bayesiana en arqueologı́a no ha sido muy frecuente hasta el momento (Crema et al., 2015, Buck & Meson, 2015; Rubio-Campillo, 2016; Rubio-Campillo et al., 2017).

El análisis cuantitativo también se ha centrado en el tema evolutivo debido a su potencialidad en identificar patrones culturales en los datos arqueológicos. La mayor parte de los estudios donde se aplica una metodologı́a estadı́stica se encuentran relacionados con la observación de variaciones en los artefactos arqueológicos (Neff, 1992; Lyman & O’Brien, 2000; Li et al. 2014; Okumura & Araujo, 2014; Shennan et al., 2015).  En el caso de estudios históricos, son pocos los ejemplos de los que se disponen, aunque en los últimos años se ha producido un auge significativo (Isaksen, 2008; Murrieta et al., 2015; Rubio-Campillo et al., 2017; Busto-Zapico, 2018; Coto-Sarmiento et al., 2018; Rubio-Campillo et al., 2018b; Turchin et al., 2018).

En un futuro se espera que el análisis cuantitativo termine por integrarse definitivamente a los estudios arqueológicos sin necesidad de seguir siendo una herramienta auxiliar útil vinculada únicamente a pocos especialistas en la disciplina.

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