2.1 Arte, teoría, investigación y las buenas prácticas de enseñanza
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La enseñanza es una mezcla de arte y ciencia. Es un arte porque los profesores o instructores enfrentan constantemente el cambio, lo que requiere del análisis y la toma de decisiones rápidamente. Los buenos profesores, generalmente, tienen pasión por la enseñanza y para ellos es importante tanto el lado emocional como el lado cognitivo de su tarea. En muchos casos, tiene que ver con las relaciones personales, el grado de empatía que desarrolla con sus estudiantes, la atención a las dificultades que surgen en el proceso de aprendizaje y el nivel de comunicación efectiva.
La enseñanza es también una ciencia, ya que se basa en la teoría y la investigación. De hecho, veremos que hay muchas teorías que a veces entran en conflicto, en primer lugar por las diferencias epistemológicas sobre la naturaleza del aprendizaje y por los diferentes sistemas de valores. En los últimos 100 años se han realizado investigaciones empíricas sobre cómo aprenden los estudiantes, sobre métodos de enseñanza eficaces, que en el mejor de los casos, están basados en teorías explícitas y en el peor de los casos son producto de la recopilación de datos sin coherencia (tal como RateMyProfessor).
Así como hay prácticas basadas en la investigación, hay otras denominadas buenas prácticas que se basan en la experiencia docente. En muchos casos, estas prácticas han sido validadas por la investigación y respaldadas por las teorías del aprendizaje, aunque no siempre es así. Como resultado, lo que algunos ven como buenas prácticas no siempre son reconocidas universalmente por otros, aún cuando esas buenas prácticas son aceptadas como conocimiento actualizado. Las clases magistrales son un buen ejemplo. En el Capítulo 3 – Sección 3, se ofrece evidencia que las clases magistrales tienen muchas limitaciones, sin embargo, los instructores aún consideran que es la forma más adecuada para enseñar su asignatura.
No obstante, aún los docentes más formados no siempre son buenos profesores si no tienen el talento y la conexión emocional con sus alumnos. Los profesores sin formación (que incluye virtualmente a todos los profesores universitarios), a veces, son mejores docentes aún con poca experiencia, ya sea porque tienen el don o el talento natural. Sin embargo, aunque esos instructores se muestran como el triunfro del arte por sobre la ciencia en la educación, en realidad son muy pocos. Muchos de estos instructores brillantes y sin formación han aprendido rápidamente por prueba y error en la práctica, con las inevitables bajas en el camino.
Por todos estos motivos, no hay una forma que sea la mejor para enseñar y que sea adecuada para todas las circunstancias, ésta es la razón por la que los enfoques “modernos” o “tradicionales” para enseñar a leer o matemáticas, por ejemplo, han sido bastante estériles. Los buenos profesores generalmente disponen de un arsenal de recursos, métodos, enfoques a los que recurren dependiendo de las circunstancias. Además los profesores e instructores tendrán concepciones diferentes de lo que es la buena enseñanza, que dependerá de su comprensión sobre qué es el conocimiento, qué es importante en la enseñanza, y sus prioridades en términos de los resultados de aprendizaje esperados.
No obstante, estas aparentes contradicciones no impiden que existan lineamientos o técnicas para mejorar la calidad de la educación, o que los docentes basen sus decisiones en principios o evidencias aún en la era digital que cambia rápidamente.
El objetivo de este libro es proveer una guia, que se reconoce no será adecuada para todas las circunstancias y que cada profesor o instructor necesitará adaptar las sugerencias en el libro a su propio contexto.
Para que este enfoque funcione bien, necesitamos explorar algunos temas fundamentales sobre la enseñanza y el aprendizaje, que no suelen tratarse en las conversaciones cotidianas sobre la educación. Probablemente, el primero y principal sea la empistemología.
Actividad 2.1 ¿Quién es un buen profesor?
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Quisiera usar este podcast para explicar por qué decidí dedicar un capítulo entero a la epistemología, y a las teorías del aprendizaje. No quería hacerlo. Quería ir directamente a los aspectos más prácticos de la enseñanza en la era digital, pero cada vez que intento hacerlo, vuelvo a estos conceptos fundamentales y subyacentes de la epistemología y las teorías del aprendizaje.
Una de las razones por las que quería comenzar el libro, o tratar el tema en los primeros capítulos del libro, es porque es un tema difícil, especialmente si usted proviene de las ciencias o de áreas tecnológicas, porque se trata de un debate fílosófico realmente.
Por otro lado, es muy importante, ya que las epistemologías, y las teorías del aprendizaje son el motor para la toma de decisiones en la educación. Especialmente, cuando decidimos qué métodos utilizar para enseñar, y cuando elegimos, y particularmente, decidimos como incorporaremos la tecnología a nuestras clases. Si no tenemos en claro, lo que pensamos sobre este conocimiento, sobre cómo aprenden los estudiantes, y sobre las teorías que las sustentan, es muy difícil tomar decisiones racionales y lógicas sobre los métodos de enseñanza.
Otra razón, por la que este tema es complejo, es que existe una conexión, una relación directa entre las epistemologías, las teorías del aprendizaje, y los métodos de enseñanza. Tiene que ver con la ambigüedad de cómo estos aspectos diferentes del conocimiento se relacionan. Una de la razones es que la enseñanza es una actividad muy pragmática, y los profesores e instructores eligen los métodos, que piensan van a funcionar mejor, para diferentes contextos. Es decir, las diferentes teorías de aprendizaje, o aún las concepciones del conocimiento que pueden funcionar mejor.
De todos modos, a pesar de las dificultades de este capítulo, vale la pena transitarlo. Una vez que logre comprender las diferentes epistemologías, y teorías del aprendizaje, logrará dos cosas. Primero, un marco para la toma de decisiones, es decir cómo decidir sobre el uso de las tecnologías, y sobre la enseñanza en la era digital. Y segundo, también le proveerá algunos criterios o valores que guiarán esa toma de decisiones.
Voy a finalizar este capítulo con otro podcast, donde voy a compartir mi interpretación personal sobre la relación entre las epistemologías, las tecnologías para el aprendizaje y los métodos de enseñanza.
¿Qué hace a un maestro un buen maestro? es siempre un buen tema de conversación para una cena.
No creo que haya una respuesta correcta o incorrecta para esta pregunta, pero por supuesto tengo mi propia opinión al respcto. En orden de importancia, el aspecto más relevante de un buen maestro
para mí es la empatía y el cuidado de los alumnos. Preocuparse por los alumnos y ser capaz de generar una relación con ellos que permita comprender sus dificultades, sus deseos, sus esperanzas y expectativas, etc., porque la enseñanza es básicamente una actividad muy humana.
No es solo una cuestión de llenar de información sus cerebros.
En segundo lugar diría experiencia. Cuanto más enseña, más aprende. Aprende no solo sobre los alumnos, sino también sobre lo que funciona y lo que no funciona.
El tercero es un buen conocimiento de las teorías del aprendizaje y los métodos de enseñanza, que le proveen una gama de herramientas para aplicar en diversos contextos, ya que la enseñanza es una tarea compleja. El contexto suele cambiar de una clase a otra, por lo que tener una variedad de
recursos a disposición para diferentes circunstancias es muy valioso.
Por último, diría que la experiencia en el tema es importante. Es necesario conocer muy bien lo que se transmite y pienso, en particular en la educación post-secundaria, que los mejores profesores, con frecuencia, se dedican a la investigación y son más capaces de ver cómo podrían enseñar de manera diferente con la tecnología. Además tienen una comprensión tan profunda de la materia que pueden apreciar las áreas en las que la tecnología realmente podría ayudar en la enseñanza.
Creo que las cuatro características que describí son realmente importantes. Si no comienza por preocuparse por sus estudiantes, muy rápidamente ellos se darán cuenta.