3.6 Aprender haciendo: pasantías
Figura 3.6.1 BMW Group UK Reclutamiento de Pasantes. 2013 –Imagen: © Motoring Insight, 2013
Las pasantías son una de los formas más comunes y establecidas de aprendizaje experiencial. Bloom y sus colegas consideraron a las destrezas psico-motoras como el tercer dominio del aprendizaje en el año 1956. Aprender haciendo es particularmente común en la enseñanza de las destrezas motoras, tales como aprender a andar en bicicleta o jugar un deporte, pero también hay ejemplos en la educación superior, como las prácticas de enseñanza, las residencias médicas, y los estudios de laboratorio.
La pasantía es una forma particular que permite a los estudiantes aprender haciendo. Generalmente, se asocia con la formación vocacional o profesional, donde un profesional con más experiencia, modela su comportamiento, el aprendiz intenta seguir el modelo, y el profesional proporciona retroalimentación. Sin embargo, la pasantía es el método más común utilizado para la capacitación docente de instructores en la educación postsecundaria (al menos implícitamente), por lo que existe un amplio espectro de aplicaciones para el enfoque de la pasantía docente.
Dado que el formato de pasantía es un modelo implícito en la enseñanza universitaria, y en particular en la formación inicial de profesores universitarios, se verá separada de otras formas de aprendizaje experiencial, aunque en realidad sea una de las formas más comúnmente utilizada.
3.6.2 Las principales características de las pasantías
Figura 3.6.3.2 Supervisando a un aprendiz – Imagen © BBC, 2014
“Es útil recordar que la pasantía no es un fenómeno invisible. Tiene elementos claves: una forma particular de ver el aprendizaje, funciones y estrategias específicas para los profesores y los alumnos, y etapas claras de desarrollo, tanto para el aprendizaje tradicional como el cognitivo. Fundamentalmente, es importante recordar que no se puede aprender a la distancia. Sino que se aprende participando, en el auténtico, dinámico y genuino remolino de la práctica real.”
Pratt y Johnson, 1998
Schön (1983) sostiene que la pasantía funciona en “situaciones prácticas que… con frecuencia son problemáticas, y se caracteriza por la imprecisión, la incertidumbre y el desorden.”. El aprendizaje en las pasantías no se trata sólo de aprender a hacer (aprendizaje activo), sino que también requiere una comprensión de los contextos en los que se aplicará el aprendizaje. Además hay un elemento social y cultural para el aprendizaje, que es la comprensión y la incorporación de prácticas aceptadas, así como de las costumbres y los valores de los expertos en el campo. Pratt y Johnson (1998) identifican las características de un practicante o pasante experimentado, al que definen como;
“una persona que ha adquirido un profundo conocimiento y/o es experto en un
área particular de la práctica.” Los practicantes expertos:
- tienen un amplio conocimiento del área de especialización, y pueden aplicar ese conocimiento a situaciones concretas difíciles;
- tienen esquemas (mapas cognitivos) bien organizados y accesibles que facilitan la adquisición de nueva información;
- tienen repertorios de estrategias bien desarrollados para adquirir nuevo conocimiento, integrarlo y organizarlo en sus esquemas, y aplican ese conocimiento y competencias en una variedad de contextos;
- están motivados por aprender como parte del proceso de desarrollo de su identidad en sus comunidades de práctica. No los motiva aprender simplemente para alcanzar una recompensa externa o un objetivo;
- demuestran conocimientos tácitos en la forma de:
- acciones y juicio espontáneo;
- no ser concientes de haber aprendido a hacer esas actividades;
- no tener la capacidad o tener dificultad para describir el conocimiento que revelan sus acciones.
Pratt y Johnson distinguen además dos formas diferentes pero relacionadas de pasantía: tradicional y cognitiva. Una experiencia de pasantía tradicional basada en el desarrollo de una habilidad motora o manual implica el aprendizaje de un procedimiento y el desarrollo gradual del dominio, durante el cual el maestro y el alumno pasan por varias etapas.
3.6.3 Pasantía universitaria
El modelo de pasantía cognitiva o intelectual es diferente ya que esta forma de aprendizaje no es tan evidente como el aprendizaje de destrezas motoras o manuales. Pratt y Johnson sostienen que, en este contexto, el maestro y el alumno deben expresar lo que están pensando al aplicar el conocimiento y las competencias, y deben explicitar el contexto en el que se desarrolla el conocimiento, porque el contexto es muy importante para la forma en la que el conocimiento se desarrolla y se aplica. Pratt y Johnson sugieren cinco etapas para el modelado cognitivo o intelectual (p 99).
- el maestro modela y el alumno desarrolla un modelo/esquema mental;
- el alumno intenta replicar el modelo mientras el maestro lo orienta y evalúa (andamiaje/coaching);
- el alumno amplia el rango de aplicación del modelo con menos ayuda del maestro;
- el aprendizaje autodidacta dentro de los límites especificados aceptables para la profesión;
- la generalización: el alumno y el maestro discuten cómo podría funcionar el modelo o como tendría que ser adaptado para aplicarse en una serie de otros contextos posibles.
Pratt y Johnson ofrecen un ejemplo concreto de cómo este modelo de aprendizaje podría funcionar para un profesor universitario novato (pp. 100-101). Ellos argumentan que en las pasantías cognitivas, es importante crear un foro o conjunto de oportunidades para:
Articular el debate y la participación auténtica sobre las realidades de la práctica desde dentro de la práctica, no desde un punto de vista único. Sólo a partir de esa participación activa, y la experiencia acumulada en capas el novato avanza hacia el dominio.
El principal reto del modelo de pasantías en la universidad es que no se aplica generalmente de un modo sistemático. La idea de que los profesores universitarios jóvenes o los nuevos profesores aprenden automáticamente cómo enseñar, simplemente observando a sus propios profesores enseñando, es de muy remota concreción.
[Removido de la versión 1: 3.5.4 Pasantías en entornos virtuales]
3.6.4 Fortalezas y debilidades
Las principales ventajas de un modelo de enseñanza basado en pasantías se pueden resumir así:
- la enseñanza y el aprendizaje están profundamente inmersos en contextos complejos y muy variables, lo que permite una rápida adaptación a las condiciones del mundo real;
- hace un uso eficiente del tiempo de los expertos, que se puedan integrar a la enseñanza dentro de su rutina de trabajo cotidiano;
- proporciona a los alumnos modelos y objetivos claros a alcanzar;
- forma a los alumnos en los valores y las normas de la profesión.
Por otro lado, hay algunas limitaciones serias con el enfoque de pasantías, especialmente en la preparación para la enseñanza universitaria:
- mucho del conocimiento del experto es tácito, en parte porque su experticia se construye lentamente a través de un amplio rango de actividades;
- los expertos tiene dificultad para expresar conscientemente o verbalmente el esquema o conocimiento profundo que han construido y lo toman por sabido, dejando que los alumnos adivinen lo que se espera de ellos para tornarse en expertos;
- los expertos generalmente confían en el modelado con la esperanza de que los alumnos adquieran ese conocimiento y competencias sólo mirando al experto en acción, y sin seguir las etapas que garantizan que el modelo de pasantía sea exitoso;
- es un número limitado de alumnos que pueden ser guiados por un experto, ya que los expertos están muy ocupados aplicando su experticia en condiciones muy demandantes que le dejan muy poco tiempo libre para dedicar a las necesidades de un aprendiz novato;
- los programas de pasantía tradicional y vocacional tienen una alta tasa de deserción: por ejemplo, en British Columbia, más del 60% de los que entran a los programas presenciales vocacionales abandonan antes de finalizar el programa. Como resultado, hay un gran número de expertos con experiencia que no son certificados, que han detenido el desarrollo de sus carreras y su desarrollo económico, especialmente cuando hay una escasez de trabajadores especializados calificados;
- en las áreas o puestos que sufren cambios, el modelo del aprendiz puede retrasar el proceso de adaptación y modificación de los métodos de trabajo debido a la prevalencia de los valores y las normas transmitidas por el “experto” que ya no son relevantes en las nuevas condiciones de trabajo. Esta limitación del modelo se puede ver claramente en la educación postsecundaria, donde los valores y las normas en torno a la enseñanza tradicional está cada vez más en conflicto con las fuerzas externas, como las nuevas tecnologías y la masificación de la educación superior.
Sin embargo, el modelo de pasantías, cuando se aplica de manera sistemática, es muy útil para la enseñanza en contextos de alta complejidad.
Referencias
Bloom, B.S. (Ed.). Engelhart, M.D., Furst, E.J., Hill, W.H., Krathwohl, D.R. (1956). Taxonomy of Educational Objectives, Handbook I: The Cognitive Domain. New York: David McKay Co Inc.
Pratt, D. and Johnson, J. (1998) ‘The Apprenticeship Perspective: Modelling Ways of Being’ in Pratt, D. (ed.) Five Perspectives on Teaching in Adult and Higher Education Malabar FL: Krieger Publishing Company
Schön, D. (1983) The Reflective Practitioner: How Professionals Think in Action New York: Basic Books
Actividad 3.6 Las pasantías en la enseñanza universitaria
- ¿Está de acuerdo que aprender a enseñar en una universidad depende principalmente del modelo de pasantías? ¿De qué manera se asemeja y se diferencia de una pasantía? ¿De qué manera se podría mejorar?
- ¿Cuáles serían las principales características para que funcione el modelo de pasantías?
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¿Cuáles son las características claves necesarias para que funcione el modelo de aprendizaje con pasantías?
Bueno, en realidad son bastante exigentes. En primer lugar, por supuesto, es la disponibilidad y, lo que es más importante, la voluntad de un instructor experto para dar soporte a un aprendiz o más de un aprendiz. Esta relación es importante, ya que el aprendizaje funciona mejor uno a uno, en lugar de trabajar con dos o tres personas al mismo tiempo.
En segundo lugar, el alumno o el aprendiz y el instructor experto deben compartir los mismos contextos de aprendizaje. En otras palabras, deben estar en una posición en la que puedan trabajar juntos, lo que no necesariamente significa de manera presencial. Aunque probablemente si se trata del aprendizaje de destrezas manuales en vez de aprendizaje cognitivo, tal vez sea necesario. Por ejemplo, podría implicar trabajar en estrecha colaboración pero en línea.
En tercer lugar, es esencial que el experto explicite tanto su conocimiento como los valores del oficio, lo que es un gran desafío. Los expertos, uso este término para referirme tanto a las mujeres y hombres especialistas, adquieren la experiencia y conocimiento en un largo período de tiempo. A veces, el conocimiento está tan profundamente arraigado que es difícil para ellos saber, conscientemente,cómo llegaron a ese nivel de habilidad y conocimiento. Por eso, se requiere la capacidad de descomprimir el conocimiento para hacerlo explícito para el alumno y, en particular, si hay una gran diferencia entre el punto de partida y el de llegada que se desea lograr. Probablemente, signifique dividir el tema en varios pasos más pequeños, lo que implica que el experto debe comprender cuáles son esos pasos, que tal vez adquirió en muchos años de experiencia.
En cuarto lugar, las oportunidades de práctica para el aprendiz son un requisito importante. Esto significa, oportunidades para practicar en un entorno seguro, sin causar daños a los materiales, o particularmente a las personas, como resultado de cometer errores en esa práctica. Aquí es donde la tecnología puede resultar muy útil, ya que permite a los estudiantes, por ejemplo, seguir un proceso en un video y luego comparar su propio intento, con el proceso grabado del experto.
Y, por último, por supuesto, el instructor experto debe ser capaz de proporcionar retroalimentación regular y de calidad al aprendiz. El contacto regular nuevamente entre el experto y el aprendiz es realmente importante. Por estos motivos, es que el modelo de aprendizaje en la educación superior, particularmente para los profesores, probablemente no sea un buen modelo, aunque es el más prevalente. No es un buen modelo por dos razones. Una razón es que se trata de una actividad intensa, que debe realizarse uno a uno, o, uno a un par de personas. La segunda razón, es que no se aplica sistemáticamente en la formación de estudiantes de posgrado, sino de manera intermitente, no estructurada, y lo suficientemente organizada para que funciene en el nivel superior. Esto no quiere decir que no pueda funcionar, sino que requerirá de muchas adaptaciones, y aún sería muy costoso lograrlo.